La ciencia de la autodestrucción: Techno y Punk en Bogotá.

Artículo publciado el 7/3/2016 en la revista Pasacalles.

OPINIÓN

Danilorave

3/7/20162 min read

black blue and yellow textile

Futuro nunca habrá, futuro nunca ha habido, en este mundo que está perdido, dependiendo de un botón y de la decisión de un idealista cabrón.

Medellín años 80, donde Dilson Díaz y Hector Buitrago decidieron expandir su inconformismo y amplificarlo con ruidosas guitarras, voces que son mas gritos que canto, destrucción en el escenario añorando una reconstrucción de una sociedad en ese momento que bailaba salsa, merengue y vallenato bajo la sombra del homicidio, las drogas, los ladrones y el punk.

¿Que es la pestilencia?. Claramente en estos tiempos la banda no es la misma, el país sigue siendo la misma mierda.

Hombre inteligentes gran pensantes
hemos creado un monstruo,
las bombas radio activas y nucleares
que descompondrán la humanidad
y totalmente se autodestruirá. La Pestilencia - La ciencia de la autodestrucción.

Entiendo sus gustos por Bomba Estereo, Systema Solar, Velandia y la tigra, que se sientan patriotas al escuchar a Toto la Momposina, muy lindo todo eso, pero a mi Colombia me sabe, me huele a punk, a un espíritu de autodestrucción. El alma ahogada de los jóvenes claramente no está en pistas de baile donde suene Mike Bahía o Alkilados.

Cada vez encuentro menos diferencias de fondo entre un pogo de punk, lleno de descontrol, rabia, euforia y amistad, y entre una suelo lleno de gente brincando al ritmo de bajos y beats en Baum, o en cualquier otro lugar de electrónica muchas veces decorativa, que realmente ameniza es la impaciencia de la gente por autodestruirse un poco.


Tanta similitud tiene ese pelado con una cerveza en la mano, atrás del pogo, sintiendo el punk, ese que le da impulso para decidir lanzarse a ese remolino de brazos piernas, gotas de cerveza y sudor, con esa niña con los ojos cerrados siendo contaminada por el techno, tan llevada que ignora si se ha quedado sola o no, al final todos se encontrarán y reirán, así como cuando se acaba el pogo y la gente aplaude.

an abstract photo of a curved building with a blue sky in the background

Dos mundos aparentemente opuestos, unidos por un sentimiento de anestesia, maquillando la realidad de los días y cambiándola por noches de pequeñas amnesias, en un país al borde del colapso los jóvenes se refugian en la música que los hace gritar.

La rebeldía también tiene forma de beats pesados y martillados, tal como lo cantaba la pestilencia frente a esa mierda de sociedad que los tenía cansados. La verdadera plaga causante de las altas tazas de mortalidad, no solo de humanos sino de animales, plantas, pensamientos, ideas e imaginación es la mente de nosotros los humanos.

Vaya mire la mente que debe tener Daniel Samper Ospina, Alvaro Uribe, Edgar Perea o Memo Orozco. Nada que envidiarle a un cadáver de un caballo en descomposición en una carretera cualquiera.

La mía no esta tan diferente. Lo importante es admitirlo.

La realidad de todo esto es que mientras usted le busca un nuevo forro a su Iphone, hace vaca para la de whisky en Andres Carne de Res, por detrás el sentimiento del país es otro, lleno de gente queriendo escapar cada fin de semana, anestesiando la idea de realidades dolorosas, haciéndose pajazos mentales con los Oscar o con James.

Tal vez si haya futuro, pero eso depende de usted y de mí.

Y abajo este tipo que me hizo aparecer un nudo en la garganta, un vacío en el estómago que se confundía con el sentimiento de ebriedad, una cachetada para el mundo de plástico que nos hemos encargado de construir.

"Mis amigos tienen huevo"